¿Qué podemos aprender de las empresas sociales?

¿Quiénes son los emprendedores sociales? Según el libro “Emprender para cambiar el mundo” de Andy Freire y Santiago Sena, “son actores incipientes capaces de generar valor económico y social de manera sustentable, y de abrazar la innovación con la meta puesta en solucionar problemas”.

Los dos temas que construyen esta definición se hacen fundamentales en el mundo de hoy: la capacidad de innovar como herramienta para crecer, la necesidad de orientar los negocios hacia la generación de un valor que trascienda el beneficio económico, hacia el objetivo de hacer un mundo mejor.

Este paradigma empresarial -que no es nuevo- toma consistencia en la internalización del impacto social y ambiental dentro del modelo de negocio. “Tradicionalmente, tienes un una empresa que genera valor económico, que captura ese valor y, en algunos casos,  tienen un departamento de RSE que, en términos contables, son un gasto”, explica Santiago Sena, director general de Emprendedores de la Ciudad de Buenos Aires, en una entrevista publicada en El Cronista. En cambio el modelo de las empresa sociales impactan positivamente desde su misma operación.

El impacto de esta tipología de empresa ha sido lo suficientemente significativo en el ecosistema empresarial como para que Forbes publicara en el 2011 la lista de los 30 emprendedores sociales más destacados del mundo. Lámparas alimentadas con energía solar, productos escolares producidos a partir de materiales reciclados o sacos térmicos para bebés prematuros son algunas de esta lista inaugural.

Forbes definió a estos empresarios como “una persona que utiliza los negocios para resolver problemas sociales”. Es decir, no son organizaciones sin ánimo de lucro, son empresas que si bien alcanzan menores márgenes de ganancia se mantienen operativas de manera rentable, logrando un impacto positivo en la sociedad y comunidades donde operan.

Esta claro que no todas la empresas pueden adoptar este enfoque de lleno, pero es interesante indagar los casos y sus modelos de negocio como herramienta y ejercicio para aplicaciones sustentables que puedan ser compatibles con modelos de negocio tradicionales.

Eduk, una plataforma online de origen Brasileño, ofrece cursos gratis y ha logrado expandirse a México, Colombia y España, entre otros. Su objetivo es acercar una educación útil a quienes más lo necesitan. Afluenta en Argentina ofrece servicios financieros, promoviendo y facilitando la inclusión de personas y sus accesos a créditos por fuera del sistema bancario formal. Su meta es humanizar y facilitar el acceso a los créditos y a la inversión.

Por su parte, el enfoque académico destaca que este tipo de emprendimiento ha resultado efectivo para la entrega de servicios sociales y de bienestar, coordinadas con los gobiernos, en área en los que estos no tienen capacidades desarrolladas.

La lista de empresas se expande y diversifica por todas las ramas de la industria, pero más que la cantidad y tipo lo que importa es el concepto, que de una u otra manera va calando en el mundo empresarial de hoy: un propósito que vaya más allá de la obtención de beneficios económicos, necesarios pero no exclusivos ni excluyentes de los retos que enfrentamos hoy. De esto se tratan las empresas sociales, de obtener algo más que ingresos, de crear un valor que sea beneficioso para todo y todos.