22/03/2022 -  3 minutos de lectura Por Fabían Flores

Mientras descifro cómo contarte sin tanto tecnicismo cuál es el rol de la creatividad en el social-commerce te contaré de 3 principios que están pasando en este momento y no te habías dado cuenta:

“Estar”, se vende y se compra.

Partamos del hecho que cada palabra que escribes, cada meme que compartes alguien lo está comprando, ese chat familiar que amanece con decenas de imágenes es en realidad un pequeño mercado en donde sin anticiparlo estás vendiendo y comprando a través de un tercero, llamemos a ese tercero tu plan de datos y el producto imágenes, texto, audio, gif, stickers y mucho más. 

Para adquirirlo tuviste que pagar un total de Gb que te sirven para estar, comprar, descargar o consumir lo que estás viendo. Viéndolo de esta forma, todo es competencia por esa atención. Esa atención es tan importante que se ha convertido en un área importante del desarrollo llamado economía de la atención.  

El día a día es lo que nos inspira.

Lo que hacemos día con día realmente vende, hablando porcentualmente de lo que consumimos en redes vs la forma en la que te comunicas (fuente: Mira tu WhatsApp vs las horas en perfiles de marcas). Si deseamos que las personas se fijen en nosotros, tenemos que estar ahí donde ellos están, hablan en forma y tono. Menos “I” y más del “We” y “They”

*We: Lo que yo como marca converso con mi consumidor.

*They: Lo que mis consumidores hablan de mi marca.

Si se comparte tiempo es bueno.

En porcentajes las personas pasaron 2 horas y 24 minutos en redes sociales todos los días a través de diferentes dispositivos (eso significa que 1 de cada 3 horas pasadas en Internet son usadas en plataformas sociales).

Y ahora, ¿cuál es realmente el rol de la creatividad?. Cumplir con los 3 principios, estar, inspirar, compartir en plataformas digitales (y no digo redes sociales porque eso es tan solo un pequeño porcentaje de lo que representa el social commerce).

La creatividad tiene como reto resolver la manera de poder estar en estos espacios donde las personas deciden “estar”, siendo una extensión natural de la plataforma y la necesidad del consumidor como gancho; lo cual facilitará que se acerquen y podamos resolver de manera correcta las primeras dudas. 

Esto se logra creando un ecosistema donde nuestro producto viva en el día a día de las personas y les inspire la suficiente confianza para involucrarse con la marca. Pongamos un ejemplo, Ikea, quienes comunican un mejor hogar, un mejor espacio en cada rincón. Todo esto sin decirlo explícitamente, prefieren vivirlo y colocar al consumidor en sus espacios, convergiendo, inspirando y soñando juntos. 

Cuando todo esto sucede (principio 1 y 2) tenemos como resultado nuestro último punto a destacar, querrán compartir contigo. A tal punto que no los tendrás que llamar, los tendrás que fidelizar una y otra vez sin que alcancen a aburrirse de tu promesa. 

Decía al inicio, que esto sucede ahora que llegas al final de este artículo, estuvimos contigo cuando encontraste este espacio, leíste sobre algo que podías aplicar en el día a día y, más importante para ambos, es que compartiste tu tiempo llegando hasta acá.