31/07/2020 -  3 minutos de lectura Por Miguel Larrandart

En 2017 Mark Zuckerberg redefinía el propósito de Facebook: «dar a las personas el poder de construir una comunidad y acercar a la gente de todo el mundo entre sí”. ¿Cuán cerca está hoy de cumplirlo?

Las distintas redes sociales de Facebook (como grupo) han crecido en cantidad de usuarios en todo el mundo: en enero 2020 Facebook tenía  2.449 millones de usuarios activos en un mes, Instagram más de 1.000 millones, y su aplicación de mensajería instantánea WhatsApp unos 1.600 millones*. Sin duda son los canales digitales más usados, junto con Youtube, que tiene una lógica de uso muy diferente, por lo que su verdadera rivalidad es de índole publicitaria.

¿Qué ha sucedido con las redes durante la pandemia del Covid-19? Junto con la TV, el uso de las mismas creció un 5% en promedio, siendo WhatsApp el canal que experimentó el mayor incremento: subió alrededor de diez puntos porcentuales en algunos países. Más de la mitad de las personas recurrieron a algún tipo de grupo online abierto o cerrado para conectarse, compartir información o participar en una red local de ayuda**. Esto significa que se aceleró la tendencia que ya se venía dando, donde las redes sociales eran el segundo canal elegido por los usuarios de todas las edades para el acceso a noticias (apenas superado por el acceso a fuentes directas, pero en baja), y la principal fuente para la Generación Z.

 

Hasta acá todo parece brillar para Mark Zuckerberg. Pero, paradójicamente, los canales más consultados son a su vez los más cuestionados: según Reuters, en enero 2020 Facebook y WhatsApp ya eran percibidos como los espacios digitales que generaban mayor información falsa o engañosa (29% y 14% respectivamente). Y durante la pandemia su imagen (junto con los demás canales sociales) no mejoró: 37% de los encuestados declaró ver información falsa o engañosa en redes sociales sobre el Coronavirus, y 32% en aplicaciones de mensajería**.

En Argentina propiamente, un 45% de los encuestados dijo haber visto “mucho” contenido falso en plataformas de mensajería, comparado con 43% en redes sociales, 27% en plataformas de video, y 19% en motores de búsqueda**. 

Otro factor que hace poco más de un año viene erosionando la credibilidad de las redes sociales son los diversos reclamos sociales que han impactado en todo el mundo: #FridayForFuture con su reclamo de acción ante el calentamiento global, #ChileDespertó frente ante un modelo económico desigual, #NiUnaMenos por la falta de derechos  y protección para las mujeres, y la reciente #BlackOutTuesday ante el racismo por el asesinato de George Floyd, son movimientos que en los espacios digitales potencian la circulación de información falsa y/o de discurso de odio.

Tal es la mala imagen de las redes sociales, que llevó a grandes marcas como Coca-Cola, Unilever, Levi’s, y Procter & Gamble, entre otras, a iniciar un boicot publicitario a Facebook y otras redes, al menos durante el mes de julio, bajo el reclamo #StopHateForProfit.

¿Están realmente las redes ayudando a “acercar a la gente entre sí”? Por el momento, nadie parece confiar demasiado en ellas, ni las marcas, ni sus propios usuarios. Pero su uso es incuestionable. Entonces, podemos decir que las redes unen y separan por igual, porque en definitiva, no es lo que las redes hacen, sino lo que nosotros hacemos con ellas.

*Fuente: We Are Social / **Fuente: Reuters Institute for the Study of Journalism, University of Oxford