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25/07/2018 –  5 minutos de lectura
Por Paula Budia

«Y cómo ésta generará impacto y valor en un mundo cambiante»

Iniciar e implementar proyectos que impulsen el cambio implica la gestión de diferentes actividades, desde el negocio hasta la tecnología, aunque también navegar a través de la cultura de la organización.

Pero, ¿cómo integrar mejor los esfuerzos de los equipos de ventas, analistas, marketing, finanzas…etc para optimizar los recursos que son limitados y contribuir al mayor valor e impacto de la institución?

Es una pregunta que, sin duda alguna, ronda las cabeza de directivos y managers de organizaciones conscientes de que es la hora del cambio, de que la transformación digital ha llegado para quedarse en nuestras vidas, o no, ya que según el informe Digital Vortex: How Digital is Redefining Industries, cuatro de cada diez empresas se verán desplazadas del mercado a causa de la transformación digital.

En los últimos años, el diseño ha evolucionado de ser una función operativa a ocupar una posición más estratégica, prueba de ello es el aumento de la actividad de M&A de empresas de consultoría y tecnología o, el creciente número de Chief Design Officers y socios de diseño en firmas como Airbnb, Apple, Capital One, Coca-Cola, GE, Nike, Johnson & Johnson y otras muchas.

Históricamente, el diseño se ha asociado a la innovación en la forma de artefactos tanto en la arquitectura, como en el diseño industrial, diseño gráfico o la industria de la moda. Si bien, en las últimas décadas, el reconocimiento del diseño como disciplina para la solución de problemas, conocido como Design Thinking, logró que pronto se asociara también en el ámbito empresarial con la innovación centrada en las necesidades de los clientes y en la creación de experiencias. Y es que el diseño tiene la capacidad de reunir a las personas y traducir las ideas en resultados, resolviendo los desafíos estratégicos de las organizaciones en la intersección de identidad, estructura y experiencia.

Adaptación de Ideo. Design thinking, un proceso para la resolución creativa de problemas

Volviendo al paradigma de la nueva era digital, son varios los desafíos que ésta lanza a las empresas, desde la adaptación de procesos, creación de nuevos modelos de negocio, flexibles y adaptativos, hasta la modificación de las estructuras verticales de sus organizaciones. La jerarquía ha pasado a ser un obstáculo y una barrera para la transformación, son tiempos de organigramas horizontales, organizaciones celulares que favorezcan la agilidad e innovación. En su libro Reinventing Organizations, Frederic Laloux cuenta la historia de las organizaciones, poniendo a la cabeza a las organizaciones Teal (o turquesa): aquellas en las que se toman las decisiones de forma distribuida, fiel reflejo del liderazgo descentralizado y la autogestión con finalidades evolutivas.

La premisa es, por tanto, que los directivos y managers deben actuar hoy no sólo como aquéllos que toman las decisiones, sino también como diseñadores, capaces de conectar el enfoque analítico tradicional con un enfoque generativo y mucho más visionario, que de respuesta al complejo problema de cómo transformar la organización, asumiendo un rol mucho más inclusivo.

Estos nuevos business designers utilizan métodos cualitativos de diseño centrado en las personas para conectar las necesidades, que se traducen en ideas y que posteriormente son convertidas en soluciones de negocio. El diseño se posiciona como la disciplina que ayudará a resolver los problemas más abiertos, complejos, dinámicos y conectados, como complemento al enfoque analítico que es necesario para evaluar problemas que hayan sido resueltos con anterioridad.

Diseñar significa descubrir lo que es relevante y deseado por las personas.

No hay duda pues, de que la clave está en las personas, en adoptar un enfoque holístico que permita diseñar la organización a través de múltiples lentes para asegurar que ésta se adapta y cubre las necesidades cambiantes de empleados, clientes, partners, y todo el ecosistema de stakeholders, garantizando un marco de relaciones que facilite la colaboración para abordar objetivos inmediatos y a largo plazo.

El buen diseño crea crecimiento sostenible. “Good design is good business”.

Esta afirmación es evidente al analizar el rendimiento que obtienen los inversores de las empresas impulsadas por el diseño según el Design Management Institute, cuyo informe de 2015 demuestra que en los últimos 10 años las empresas impulsadas por el diseño han mantenido una importante ventaja bursátil, medido a través del Design Value Index que monitoriza el impacto de las inversiones en diseño sobre el valor de las acciones durante un período de 10 años, en relación con el índice general de S&P.

Pero, más allá del beneficio económico, el diseño contribuye positivamente a una forma de trabajo y cultura más inclusiva, a la creación de valor y la generación de impacto, ya que sólo porque el diseño no se materialice en beneficio en un trimestre determinado, no significa que el diseño no sea crucial para la salud de una organización, sobre todo si comenzamos a considerarlo como una herramienta de planificación que proteja a la organización frente a futuras incertidumbres.

No todas las empresas se sienten cómodas con este enfoque todavía, puede ser un viaje largo, pero necesario si se desea diferenciarse de sus competidores al transformarse en organización más flexible, conectada y disruptiva.

 

Referencias: El País Retina, Ideo, Reinventing Organizations, Design Management Institute, The MIT Press.
Autor

Paula Budia

Service Designer en Findasense, su principal propósito es innovar y diferenciar la propuesta de valor de Findasense, promoviendo un entorno de colaboración interdisciplinar, continuo aprendizaje y libertad creativa a través del diseño estratégico. “Me apasiona el comportamiento humano”

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